miércoles, 31 de julio de 2013

Regresaré

No reclames mi ausencia,
ya es mucho el morir por saberme alejado,
dejando el mismo rastro de sangre
que dejan tus lágrimas distantes.

También siento como se desgarran los cielos,
como tú sientes dividida la existencia,
como se detiene el río interno
con el fuego que hiere y no mata.

Parece ser una pena fríamente fraguada
para que nuestros cuerpos no se sientan,
para que nuestros sueños no se comprendan
y el alma se consuma en la nada.

Y si ahora esta opresión que me desgarra,
si esta implosión que consume los adentros
fuese un momento exiliado en el tiempo
causado por estar inmersos en el trajín,
 por estar cerca y siempre lejos,
con mi llanto seco partiría sin ti
para que por siempre dejes de sufrir.

Pero si no lo quieres,
si un instante el mundo detienes,
si me sientes en los amaneceres,
si apagas el dolor con lo que eres,
por siempre regresaré aquí.

jueves, 18 de julio de 2013

Saudade

Hoy no te escribiré,
he decidido dejar que esta ruptura se sienta
como se ha sentido desde el día de ayer,
desde hace tantos ayeres,
de la intensa soledad eterna
que se muere profusamente durante tu ausencia.

No quiero esta noche
tener la remembranza de tu existencia,
de esa mirada tuya, fija en la mía,
la resonancia de la sencillez,
de tu brazos que a esta alma ya no cobijan.

Dejaré de buscar alejarme,
estás más lejos de lo que pueden mirar
mis ojos de lágrimas esculpidas por el hielo...
ahora deja el consuelo sin su compañía,
no hay mas vestigios de calor,
en esto solo hay recuerdo y melancolía.

Me has dejado,
dentro de este mar de sensaciones interrumpidas,
el vaho incrustado en la profunda agonía;
eres, fuiste y serás
quien corrompió las estrellas enmohecidas.





jueves, 11 de julio de 2013

Ahora Aquí

Dejaría para ti
escondida entre las palabras de alegría,
una tristeza que proclame agonía,
una heraldo del sueño utópico
de una imposible buena vida.

Estaría esperando por ti
siempre que la soledad lo permita,
acuñando estertores en los suspiros,
mares profundos de inválidos arquetipos,
excusa para el final de la perfidia.

Sería ahora por ti
el idílico sopor en tus entrañas;
de tus viajes astrales por las mañanas
un rumor que a tus espaldas respira
lo poco que en el viaje olvidas.

Lloraría para ti
la lluvia invernal, fría e insípida,
la hiel de la existencia misma
servida en una copa de bronce
dentro del espíritu, de la ruina.

Pero no,
no soy para ti, no soy por ti,
no debo mis tristezas a tus actos,
mis soledades no son por tus reclamos,
la distancia no la generan tus brazos.

No dependo de ti
pero deseo contigo construir
un poco de nuestros pasados,
de nuestros futuros no vislumbrados
y en el camino el cielo compartir.