miércoles, 9 de octubre de 2019

Compañía

Los días no siempre fueron así,
hubo momentos en que nunca sufrí,
en que no entendía lo que sentía,
no importaba lo que dentro había.

Y en medio de esa insostenible utopía
comenzaron a germinar tus semillas,
crecieron con mi sangre y mis risas,
se alimentaron de esa imaginaria vida.

Al fin te conocí… Sin saberlo, te tenía,
a ti y a un complot de sentimientos
que ahogaban todo lo que conocía
y dentro de mí parecía un sufrimiento.

Yo no sabía que eras, me dolías,
creí que eras fuego e intensa ira,
creí que eras vacío y melancolía,
pero eres tierna, dulce, gentil empatía.

Cómo iba saberlo, soledad mía,
que estarías presente en la alegría,
en todas las tristezas y las agonías,
cuando estuve muy acompañado 
y cuando estaba lejos de toda vista.

Cómo iba a saber que eras mi guía,
para salir del encierro cruel del infierno
o para regresar raudo a esos adentros
a que el frío invierno hiele los huesos.

Ahora lo sé, lo que siempre quería,
que te necesito, siempre te necesité
y aunque parezca que estoy lejos de ti,
no te pierdo, no te olvido, no es así,
porque sin ti perdería lo que soy
y lo que gentilmente me motiva.

Ahora sé que nunca estaré solo...
No estuve solo cuando muchos había,
no estuve solo cuando había nada,
no estaré solo al final de esta jornada.

Porque tu mano, como siempre amable,
me llevará a donde todo se acaba,
donde nada se siente, nada se sabe,
a tu eterna compañía, una dulce morada.

jueves, 25 de abril de 2019

Para el fin

¿Qué tengo para ti?

Solo existe dentro la agonía,
no puedo ofrecerte nada de esta vida
que no sean las heridas dentro del corazón.

Solo tengo para ti, querida,
las lágrimas en el atardecer vertidas,
la sangre perdida dentro de cada pasión.

¿Qué quieres de mí?

Sabes que nada me sabe,
que las estelas vagan entre los mares
amargos, huecos, vacíos de toda emoción.

Tengo este saber despreciable,
tengo esta sensación de ser miserable
de entender que será más grande el dolor.

Y sigues aún aquí...

Esto es lo que te puedo dar:
el dolor de perder en las buenas,
las memorias de añoranzas plenas,
el agobio de cada error en el azar.

Lo que ya no podré mirar,
las estrellas, la luna, las noches,
el frío, el invierno, los estertores,
las calles que llené de bella soledad.

Lo que no podré recuperar,
la alegría de los días, los amores,
el deseo de bailar, el aroma a flores,
el poder morir con toda tranquilidad.

Los libros que vi pasar,
las letras bañadas en las lágrimas,
la insondable esperanza ahogada,
lo que a mi alma hizo tanto mal.

Es lo que más pude valorar;
te ofrendo lo que más me importa,
son mis sueños y mis notas rotas,
Ahora dame tus brazos, quiero descansar.

martes, 8 de enero de 2019

Dentro de ti

Ya calma el silencio tu ausencia,
ya calma la rabia un poco la paciencia,
todo es tormenta recostado en el paredón.

Tuya siempre fue la misma espera,
ya dentro, en mí, nada de eso te queda;
vamos juntos, como siempre, hacia el adiós.

Perfume oscuro es el que ofreces
ahogado en el sopor de una muerte,
¿qué mayor placer logras en esta pasión?

Arropas mis sueños en los que tienes,
con las olas de la noche estás presente,
suspendida en la herida de la imaginación.

Ese sonido suave, casi embriagante,
de tus delicadas manos girando la llave,
en tus senos vierto mi existencia sin temor.

Ya no hay nada, la noche desaparece,
tengo lo que quiero, un viaje en el éter,
y en sus pasos de soledad, al final, el dolor.