domingo, 30 de octubre de 2022

A través

He sentido de nuevo tu llanto
corriendo en ese sutil abrazo,
entre los sueños de papel.


He visto tu voz imbuida en rabia,
mirar la agonía de la alegría,
que hace a tus pasos ceder.


Puedes sentirlo en la piel,
en esa piel que existe y que no,
que se diluye en el tal vez.


En la tormenta que vislumbras,
sin hallar un pequeño oasis
donde descansar o caer.


En ese sufrimiento que persiste,
que duele, que hiere, que mata,
en los mares sabor a hiel.


Queda suspirando en el aire
un vacío profundo en el existir
y tu alma sin poder responder.


¿Por dónde viaja ese dolor?
Que ardiendo puedo sentirle
calcinando los adentros de mi ser.


En dónde reposará ese dolor,
la tristeza que todos vivimos
con la soledad del atardecer.