lunes, 2 de junio de 2014

Ante Ti

Anda, levántate,
no me inmiscuyas en este juego,
ven y sonríe conmigo, declama un cuento,
andemos juntos con la cara altiva y soez,
riamos del mundo, de todo esto.

Apresúrate, aquí estoy,
que las calles impías están esperando,
aguardan que juntos, paso a paso,
retomemos el trono de los tiempos,
nuestros sueños jamás serán pasado.

Deja ya de fingir,
dibuja la sonrisas que solías sufrir,
platícame cómo te va ahora sin mí,
no me respondas que en mi ausencia
ya has dejado de sentir.

Despierta, vamos,
no creo en esa siniestra postura,
no creo que poses antes de la sepultura,
es mentira ver recostarte en la seda
que recubre el ataúd que te secunda.

Ven y abrázame,
apaga con tu ser este silencio,
desata las emociones que ahora siento,
quita la agonía de esta visita
que me hace sufrir en lo más siniestro.

No te alejes, quédate,
quédate en los suspiros que exhalo,
en tus palabras que tanto he anhelado;
no me abandones así, en lo terreno
que aquí aqueja el frío de lo olvidado.

¡Esta bien! ¡Vete!
Abandóname, todo intento es nada,
ahogaré siempre la vida sin tu mirada;
ahora aléjate y no voltees, que no lloro,
solo muestro todo lo que te quiero 
con lo que queda en mi triste alma.




A todos aquellos que forman parte de mí
recuerden siempre que han llenado mis días,
que con dolor y alegría hemos conjugado la vida 
y eso lo llevaré en el palpitar hasta que llegue el fin.

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