miércoles, 8 de junio de 2016

Ahora

Ahora, con la tranquilidad lúgubre del infierno,
coloco aquel recuerdo dentro del incienso
esperando desaparecer el cuerpo muerto
y recuperar la brisa de aquel calor
con la que me esperanzaron esos besos,
el aroma de las cenizas en los huesos,
el sabor azul del nocturno momento,
del bello instante en el que comencé a morir.

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