miércoles, 10 de julio de 2024

Un viejo abril

 Aquella tarde me sentí así,
indeciso entre quedarme o huir,
fui ese callado e indefenso niño,
sin saber qué hacer o qué decir.

Busqué un solo “hubiera” frente a mí,
entre el silencio y el aroma sutil;
todo era amargo, era un sinsentido,
tomé mi amor y lo enterré ahí.

A veces sospecho algún sentir,
vuelve suave el susurro febril,
pero para qué quiero vivirlo
si no te vuelvo a sentir aquí.

Todo terminó un muy viejo abril,
en una lluvia, junto a un añil,
en lo mucho que pudo haber sido
y solo recuerdo que existí.