sábado, 12 de enero de 2013

Por Tu Presencia

Por qué no me dices que estás profundamente dormida,
así dejaría de estar susurrándote historias prohibidas
y colocaría dentro de tus sueños toda mi atención.

También tienes que decirme cuando algo te preocupa
pues no buscaría con ansías esa atención tuya
sino como ayudarte a sentirte un poco mejor.

Avisa entonces cuando tienes que alejarte con presura
para que ya no desgaste palabras en la penumbra
y me dedique a besarte y sentirte bajo el sol.

Muéstrame el camino que tomas cuando te alejas
que yo dejaré de buscar retenerte con una queja
y te de un beso y un abrazo con el corazón.

Deberías decirme cuando junto a mi no te encuentras
porque me cuesta demasiado trabajo darme cuenta
y sin quererlo sigo hablándole a tu rostro,
continúo recitando secretos de nosotros
y respiro tu aliento en atardeceres rojos...

¡No!
Mejor no me digas alguna de esas palabras
quiero poder sentirte aquí en cualquier instante,
para anhelar con vehemencia la próxima tarde
en la que mostrarás a mi mundo tus bellos ojos.


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