jueves, 21 de marzo de 2013

Aquella Mujer


No comprendo por qué sigues aquí,
es inconcebible, esta fuera de toda razón,
si solo eres una persona, una mujer,
así, de carne y de sangre,
libre, profunda, de buen entender.

No hallo en esos lunares, en esos ojos,
el artilugio que vuelve insomne
todos los días, todas la noches,
que hace viajar en las flores
y del amor tu pintura sin retoques.

Mis labios no encuentran el encanto
pero los palpitares llevan el ritmo,
el inasible canto de tus pasos
y un tintineo de aquellos años,
por aquí, por allá, por todos lados.

Me vuelvo un loco y sigo sintiéndote,
solo eres carne y sangre,
sonrisa entrañable de piel suave,
mujer de fortaleza y coraje,
como solo ella puede ser.

Y sigo sin comprender por qué insistir 
quedarte cerca de estos versos
si hay nada dentro de mis restos.

Qué hace aquella mujer aquí
si todo lo que soy, 
lo que vivo, lo que muero,
lo que siento, lo que quiero,
le siguen hasta el fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario