Aquí sucumbo por perseguir tu aliento,
me muero insomne por tener de ti
aunque sea el más fugaz de los momentos.
Como perro me tienes siguiendo un rastro
del aroma inconfundible e inefable
de tus risas, de tus ojos, de tus labios.
Andando triste, confundido y atormentado
sigo fielmente las huellas etéreas
de esos tus pasos que se han ido alejando.
Pero tu no eres, no estás, no existes,
eres desden mezclado con nimia,
ahora todos mis intentos los deprimes.
Me grito, me lloro, me espanto,
no hay nada de ti para mis huesos,
no hay nada, nunca, para mí de ti.
Más de la nada llegan sospechas
que de mi ser algo tu pretendes
y otra vez levanto sueños por tus besos.
A veces no sé qué hago buscándote
si siento que tú no me buscas
ni en el más oscuro pasaje de tus recuerdos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario