viernes, 6 de noviembre de 2015

Sin Voltear a Ver

Qué será de mí con tu sólida ausencia
sino el cúmulo de emociones fibradas
dentro de la amarga penitencia
de mirarme en la derrota.

Qué sería de los versos inconclusos
dentro de aquel bar ilegal
de los sueños fundidos
en el mar de la soledad.

Alma mía, 
qué harás con toda la agonía
acumulada en las orillas de la cuidad,
oscurecida por la falta de nuestros años.

Qué pasará con esos lazos,
con tus pequeñas manos 
y con mis inconmesurados pasos,
ensoñados en un mundo 
que nunca podrá ser.

Por qué abandonar estos sueños híbridos,
de alcohol e instantes insípidos
que vimos con ojos rojizos 
por las lagrimas del amanecer.

No me faltas, no me necesitas,
pero te necesito y te hago falta
y en la llama arcana del estío
nos remembramos y nos olvidamos,
¿acaso es nuestro destino?

¡Anda pues!,
que el camino falta por ser recorrido.

¡Anda sin voltear a ver!,
 lo que nos falta en el intenso frío.

¡Anda pues!,
con mi corazón herido;
mientras yo he de recorrer el camino,
con el sueño imaginario de nuestro pasado
y el recuerdo sangrando en el vacío.

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