jueves, 24 de noviembre de 2016

Algo de Esperanza


Al aparecer el alba encontrarán mi cuerpo,
este cuerpo tan vívidamente muerto
como un espectro errante del infierno.

Al despuntar el cielo se hallarán mis restos,
carcomidos, abandonados por los perros,
descomponiéndose dulcemente junto al tiempo.

Al hallar los últimos pasos de un fugaz existir
veran asirse a la nada todos los pensamientos,
no había nada antes, tampoco hay algo ahora,
las noches eran tan insípidas como las auroras.

No existió en el sueño un momento perpetuo,
el vacío inundó siempre el vaso con hiel y vino,
hundió todos los sentimientos en el sopor,
nada había quedado para lo sentido.

Todo fue azar en el frío, azar en el estío,
la soledad llenaba siempre todo lo concebido,
ahí están mis restos, talllados en el olvido.

Y aún aquí esperan el suave suspiro del viento,
aún así esperan la tersa lluvia o el cielo abierto,
que venga a terminar con el llanto fúnebre
que acabe el insondable suplicio lúgubre,
aún esperan ver el dolor lejos de los sueños.

Esperan en la nada, esperan en el alba,
esperan fielmente con la agonía agrietada,
pero aquel alivio por siempre se ha perdido
la existencia nunca cambio de color,
nunca llegué a sentir algo de esperanza.
 

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