jueves, 24 de marzo de 2011

Una dama

Beldad plástica, manjar de gran precio; sin compromisos ni aprecio más que el pacto de plata y níquel, el espacio, y el tiempo.

Reservado es tu sueño, el mundo y nadie es tu dueño; la noche te saluda y abriga mientras esperas en silencio el deseo ajeno.

Tu mirada es distante, casi ausente; escrutando el horizonte más allá de lo existente, tu filosofía supera lo que todos piensan evidente

¿Quieres algo de la vida? ¿Esperas tener mucho de eso? Tu tez emblanquecida me deslumbra y me avergüenza, yo sólo quería sexo.

Dedicado a un amigo al que le gustaba una dama

2 comentarios:

  1. wooooooooooo...!!!!! me encanta lo ultimo...

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  2. Sí, porque detras de tanto rodeo se forma una caída, tal vez la decepción de los dos...alguien que buscaba amor y alguien que no, y nadie tuvo lo que quiso...por eso es ta buena y tan impactante. Es una de esas poesías realistas que Zola hubiera amado...
    atte Romy

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