Ahí estabas otra vez de pié en la esquina, a la vista de todos sin tener la atención de nadie.
El sol en la cara revelando el rostro tras el maquillaje blanco: Un alma con gracia y encanto a su manera, sin pena ni gloria mientras espera la hora de marcharse, cubierto el cuerpo en encaje y sedas negras.
¡Hasta pronto persona y cosa! Que encuentres en tus andanzas más que la moneda dolorosa, más que ideas huecas, más que negro, carmesí y rosa.
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