martes, 3 de abril de 2012

De nada

Vaga, vaga la vida daba nada y él... pensaba.

Gozaba de mucho y de todo nada, cada que miraba el reloj la buscaba, el teléfono sonaba y nadie contestaba... ¿Qué importaba? Estaba mucho mejor con ella alejada.

La piel y el aroma que tanto añoraba: tajada de amores, del cielo una rebanada. 

Punzante cortada a la arteria revelada es la memoria de las trasnochadas amadas, mojadas las almas en néctar de amores hasta la madrugada.

Vaga, vaga la vida daba nada y él... pensaba.

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