Mi alma se desgarra,
mi mente se colapsa
y yo no hago nada.
Un sudor frio corre mi frente,
mi corazón se acelera,
mi semblante no cambia.
Sus manos frías como la eternidad
mi abandonado espíritu acarician
y yo no siento nada.
Un rayo de luz ilumina mi senda
un suave viento me acompaña
y yo cierro los ojos…
La nada y la indiferencia
me son ajenas,
lo demás también…
No hay comentarios:
Publicar un comentario