martes, 26 de febrero de 2013

A Pastor Romero

La crueldad de tu insistencia
llena es de desesperanza;
ya se aparta la bonanza
y atormentas mi existencia.

Ya la vida lo anunciaba:
Nuestro amor es infecundo,
mas nuestro deseo profundo
orgulloso se encarnaba.

Vives lejos, cuerpo y alma,
mas insistes en plasmarte.
Más insisto en apartarte
y ser por siempre yo tu ama.

Pero hay voces en el viento
que tan sólo a ti te llaman;
voces dulces que te hablan
y encaminan a lo incierto.

Tu pies tienen ya destino;
Vas con una nueva amada,
y aún mantienes tu mirada
En mis ojos cristalinos.

De los dos, yo soy tu presa
al medio del infinito.
Es tu voz que lanza un grito
de mi nombre si la besas.

Y me llamas para verte
sonreír en tu contento.
Y mientras lloro tú me insistes
que aún soy tu pensamiento.

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