martes, 13 de julio de 2010

Insondable

Siento cansancio en mis ojos
como si la vida fuese buena
pero atrofiada por mis deseos.

Retengo en el alma imágenes fúnebres,
un niño lleno de incontrolable alegría
y los restos de un monstruo que algún día
abusó de todos los singulares placeres.

Es extraño no cansarme de leer ese libro,
sin embargo enoja el pensar que no me agrada,
que es el notar en su fugaz contenido
algunas cosas que en mi se acomodan.

Agotando hora tras hora con siluetas etéreas
terminan mis noches con raudas pláticas,
me consuela saber del mundo exterior
pero no hay nada que esté buscando atar
el cordel de mi destino en la tierra.

No he de contrariar a la naturaleza,
el contrato del vagar en estas estelas
contempla la concupiscencia de mi ser
y la voluntad de consumirme en ella.

Tal vez la muerte pronto me encuentre,
no es necesario nuestro enfrentamiento,
no me negaré tomar sus manos,
juntos establecer el brillo en los soles
y atraparnos a través de los tiempos
en la más oscura y afable solemnidad.

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