Nos encontramos de la nada en la acera,
ambos llevábamos distintas direcciones,
tú hacia la conocidísima traición usurera
y yo de la mano con mis pobres ilusiones.
Y es que contigo no congenio nunca,
no parecemos nacidos en el mismo universo,
mira que lo que para ti es blanco
son de las pocas cosas que detesto.
Porqué tratas de jugar con mis emociones,
el mundo es bello pero no de esa manera,
de qué frío corazón salen las decisiones
que las más fuertes desgracias no toleras.
Ahora entiendo que en tu ser no hay alma,
que detrás de las promesas hay algo perverso,
mientras tu rostro muestra la esperanza
tus ideas planean actos viles y funestos.
Si tus silencios fueran palabras
ya lo sabría todo de ti,
si tus prejuicios fueran acciones
el mundo podría sonreír,
si tus posesiones fueran virtudes
la igualdad llegaría al fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario