lunes, 6 de febrero de 2012

Requiem


II

La Ciudad

Ciudad, tu tampoco dormiste,
decisión tuya fue acompañarme
en mi vigilia fría, inestable,
de los sueños te perdiste.

¿Qué será de ti mañana
si dentro del aullar encuentras
otra alma repleta de penas
que pide de lo que tú emanas?

Ahora lo sé, ahí estarás,
confiando tu vida a otros
que necesitan tu abrigo,
de tu vida y del olvido.

Pero yo no veo a tu aliado,
al que está contigo en desvelo,
el que te apoya, un consuelo,
no encuentro a tu hermano.

Entonces dime cómo lo dominas,
cómo levantas esa osadía,
yo solo llevo un par de vidas
y no resisto esta agonía.

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