martes, 14 de febrero de 2012

Requiem

III

El Perro

Te acercaste con gran poder,
alejado estaba yo de tu ser,
gritabas todo sin mencionar
lo que nosotros pasábamos.

Me hiciste sentir por momentos
que debía separarme de ello,
de esto que sentía por el sendero
que en los dos había cruzado.

Levante la mano para evitar
tu furia en mis lentos pasos
y así seguir, sin contratiempo,
el final que había planeado.

Silencio sepulcral se posó ahí,
entre nuestros andares estaba
el rumor hilarante de notar
que habías entendido sin palabras.

Gire para sorprenderme de tus ojos,
me habían cercenado en el tiempo,
lograr aullar lo que siento
y que tu también has hallado.

Sentí tu alma y tu voz
que me susurraba antes de irte:
"Yo te comprendo fugazmente,
no estás solo, aquí estoy presente".

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