Un alma tranquila
yace en los brazos de la eternidad,
su pasado ya no la perturba
los fantasmas de
antes
en musas inspiradoras
se han convertido;
pensamientos profundos y vacíos
como el mismo
firmamento
cruzan su fatigada mente…
Su cuerpo ya no existe
se ha consumido en los placeres
y sufrimientos que la carne brinda,
sus recuerdos son su única compañía,
algunos llenos de
alegría
y otros mas no tanto,
las lágrimas y sonrisas ya no son con ella,
eso es para los vivos,
para aquellos que aun gozan de la vida terrenal
y ahora ella solo quiere descansar…
fundirse con el infinito universo
y ser uno con la energía de los antepasados,
volar con el viento
y nadar en las aguas más profundas,
desaparecer como individuo
y ser el todo y la nada a la vez,
sentir el beso de miles de personas
y ser el sueño de millones mas,
morir cada día y nacer con cada llanto infantil
al ver por primera vez este mundo…
quiere ser el murmuro de los arboles
y roció por la mañana…
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