martes, 16 de octubre de 2012

Orígenes


Qué pasa en ti, siento que olvidas,
jugaste en el polvo, luego caminas
y dejas pasos sin huellas en el éter.

Tu mismo sentiste lo que perece
cuando en el sueño nada crece,
el vacío segador de la misma vida.

He estado acompañándote siempre,
esas palabras que en tus labios brillaron
ahora son sombras en mi mente,
vívidas heridas que pronto cercaron
el llanto y la voluntad latente.

Ahora juegas con este dolor llano,
ignoras, como es ancestral costumbre,
lo que a ti también te dejo de lado,
ese sufrimiento de ser y podredumbre,
masacre de lo justo y anhelado.

Este corazón también lo resiente
pero, amigo mío, recuerda esos días,
ellos por el momento no lo entienden
más no por ello merecen nuestra huida,
esos, nuestros deseos, aún no se pierden.

No quiero verte olvidar los sueños,
hablar contra lo que defendimos
odiaría verme alejado de ti por eso.

Moriré por saber que no pudimos,
dejaré en aquel altar estos mis restos,
partiré por seguir lo que una vez sentimos.

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