Cómo he de leer tus silencios,
qué debo sentir cuando no siento
en tu voz una emoción precisa,
un instante en el que me digas
cuál es el siguiente movimiento.
Qué haré cuando sonrías
y yo me quede atónito por ello,
cuando veas que mis manos vibran
por buscar ese algo en tu alma
que consuma por completo la mía.
Dime por qué tengo que desgastar
mi soledad en este contratiempo,
en el juego de dar un poco de alegría,
de quitarme un poco más de sueño
y después de todo volver a empezar.
Desespero y estoy aguardando
ambiguo y decidido en mi trinchera,
esperando de tu bando una estela,
un sol, una noche, una luna llena,
lo que sea de ti que esté esperando.
Abre entre líneas una brecha
para comprender lo que me dices,
lo que emerge de tus hermosos labios
cuando voy hacia ti con mis deslices
y gritas suavemente a mis oídos sordos.
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