Hoy dejaré de pedir tímidamente de ti
esos vestigios de amor que me entregas,
esos pequeños momentos de sentir
que hay algo moviéndose en las estrellas.
No insistiré en abrigarme entre tus brazos,
esperar que crucemos nuestras miradas,
vivir el sueño con el brillo de tu alma
y perder el pensamiento en el horizonte.
Abandonaré la esperanza de tu voz
cuando llamo tu atención entre juegos,
de vibrar en el corazón al escucharla,
de transformarme con cada nuevo sol.
Tus manos con las mías dejaré de tomar,
no invadiré tus espacios para llamarte,
no me martirizaré poco a poco al esperarte,
de los encuentros esto dejaré de imaginar.
Y entonces las dudas las llegaré a olvidar,
eso que me escondes, eso que me quitas,
eso que te vuelve tan oculta y tan esquiva,
lo haré desaparecer con un simple beso,
enterraré todas esas penas en el mar.
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