domingo, 28 de marzo de 2010

Encontrar

Recuerdo que avanzabas entre la tarde
concurriendo tu voz y el último sol,
mi tiricia se acurrucó entre los dos
y se abatió con la fuerza de miles de años.

No aparentabas ser algo espectacular,
simulabas correr por una parte del mar
que yo también gustoso recorría
junto a la moralidad poco aceptada.

Pero no era así, no era algo tan simple,
porque dentro de tus ojos brilla
un poco de todo lo que existe
y mucho de lo que no esperaba.

Tengo que encontrar la manera
de poder perderme dentro de tu mirada
y comenzar a concentrar al mundo
en nuestro enigma, conjugación lunar.

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