El andar lento de tus pasos
hace que sienta mucha sed,
sed de alguno de tus comentarios,
de deambular contigo por el cielo.
El repetido sonido hecho con el suelo
embelesa mi curiosidad constante,
no escapa la atención de ti
de mis espíritus sonámbulos.
Te sigo por muchos pasillos
con la procesión de mis deseos
¿Cómo hablarte doncella de asfalto?,
soy solo un vagabundo urbano.
Te rodeo con un mirar serrano,
con un vuelo fugaz cruzas el mar,
las mayores cumbres has alcanzando
con la gracia de tu incógnito rostro rojizo.
De pronto echas un vistazo atrás,
me miras extrañada por estar
cautivo por tus hermoso ser
y tu rostro muestra algo de desdeño.
Pero esto solamente es un sueño
porque tú y yo no hablaremos
desapareceré de tu horizonte
y no te molestaré jamás.
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