Mis gritos nadie escuchara, ya que no ocupo aliento alguno ni mis cuerdas bucales, ate mi corazón a un globo y lo deje ir al cielo de la desilusión, hundí un ancla con mis esperanzas en un mar del escepticismo, guarde mi dolor en la casa del olvido, deje abandonada la razón en un desierto de recuerdos, mi humor se ha postrado en el mural del ocio, me he tatuado la frialdad en toda la piel, he sistematizado mi pensar, queriendo convertirme en una bestia insensible con máscara de hierro, sin entender cómo ni por qué quiero gritar que no puedo seguir así, en este bosque de soledad lleno de vida y tan poblado resulta imposible encontrarte, ó será que deje por algún lugar mis ojos, mis oídos o mis manos del cual no recuerdo…
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