lunes, 8 de agosto de 2011

Tras Los Pasos De La Noche

Noche, no seas ingrata,
te extraño al aparecer el alba
pero no logras saber lo que me pasa
y es posible que nunca lo notes.
No te estoy reclamando nada,
o por lo menos no lo intento,
has de saber que yo, como siempre,
te amo un poco más que ayer,
aunque esa duda de nuevo corteje
a esas agónicas estrellas.
¿Acaso me has faltado en la soledad?
¿has deseado alejar de mí la luna?
¿o pensaste fugazmente que es falso
que mis sueños son contigo?
No lo grites, no te enojes,
estoy aquí aunque me aleje,
al igual que tú cuando desapareces
y no estás conmigo en las aceras
hasta ver el final del atardecer.
Comprende que soy un distraído,
pierdo la ubicación contigo,
no es por miedo o por olvido,
es por estar en ti hundido.
Sé que al final yo seré un ingrato
pues llegará el sueño por siempre,
sé que no podré regresar a verte
como lo haces tú en tu eterno andar.
Mi sufrimiento será inmenso,
a pesar de que ya nada sienta,
te dejo escrito este recuerdo
y ahora, con el corazón enfermo,
me despido...

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