lunes, 1 de febrero de 2010

El Llanto De los Sepulcros

Hace tiempo que comenzó
la vida insípida, insensible,
el innegable estado que he de seguir.

Es la tremenda pesadez en el alma
de no poder ir por las estrellas,
en la impotencia de existir.

Maldito mundo que de todo exiges,
que cortas las libertades que proclamas,
de manera oculta y siempre rebuscada.

Ya no espero que tú cambies,
ni lo pienso hacer yo tampoco,
dejaré de asesinarte en tu morada.

En esta noche termina nuestro juego,
pondré fin aunque tú no lo desees,
seguir sería una continua agonía.

Imagina que en el Olimpo no existí,
sueña mi rostro en la luna llena,
entiende, no puede ser aquella utopía.

El sollozo de los muertos impropios
te reclamarán todos este momento,
aunque los hayas enterrado en lo eterno.

Olvida mis lágrimas retraídas,
que no volverás a ver conjugadas,
pongo final, te soñaré en el infierno.

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