A perecido una vez más el fugaz día,
el viento flota constante, sigue lento,
suspira tus pensamientos a cada momento,
me sugieren las cosas que yo no haría.
El rojizo crepúsculo figura con ironía
los rocosos túneles del discurso funesto;
¡hasta aquí resisto, esquivo, todo esto!
Rechazo por todas partes mi cruel felonía.
Muéstrame, sin querer, el añorado norte
en los mapas mentales, en el gran idilio
del andar y del estar... ensueño presente.
Seguiré fielmente el iluminante cirio
que aquí queda lo que circunda mi mente,
entiende que contigo no existe el frío.
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