viernes, 9 de abril de 2010

REFLEXION.

Solo entre tinieblas con hórrido espero
y con las penumbras de mis pensamientos
de base y de asiento un triángulo viejo
y entre mis manos mi cráneo de muerto.

El día anhelado, momento esperado
la vida vacía a su fin a llegado
entre mis recuerdos contrastes y sueños
pasa por mi mente desorden sin tiempo.

A vida sombría el ruido la encierra
en largo sendero sin tiempo de paz
en triste agonía, moría mi vida
y entre las penumbras de la soledad.

El tiempo transcurre no se ha detenido
el reloj de arena que triste se va
se pierde en momentos en vueltas y vueltas
los hombres no entienden que solo se va.

En estos instantes tan tristes momentos
tan solo quisiera un poco de pan
un sorbo de agua me siento sediento
que envuelvan mi alma en gran despertar.

En las catacumbas desechos los huesos
cenizas regadas vertidas al suelo
mis malos recuerdos se fueron murieron
mi vida ha pasado ya no queda tiempo.

Pero entre mi alma mantengo y espero
la nueva promesa de mi renacer
aguardo en silencio me muero, me muero
mantengo en suspenso mi vista en la luz.

Seguro estoy de que dios no estaba
que dios no existe y que vendrá
al nuevo día el sol que nace
entre las penumbras de la soledad
después del fuego, del mar, del viento
después del ruido, desorden y el caos.

El fulgor tan tenue de una veladora
me da esperanza me enseña el camino
me enseña que pronto habré renacido
con nueva alegría de nueva venida
tendré nueva vida seré un ser de paz.




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