viernes, 24 de diciembre de 2010

Blanco (Belum).


Los huesos del hombre, la nieve y la nube,

En la muerte, el frío o la altura,

De un blanco homogéneo se cubren

Sin discriminar ni hueco ni fisura.

La sangre y el lodo, camaradas de trinchera

Ni en la salud ni en la paz se abandonan,

Viven juntas, como el amor y la primavera.

En la cabeza de algún soldado se acomodan;

No hay más vida en su vivido semblante,

Que, pálido como un muerto, intenta sostenerse.

Fragmentos de humano son su pensar constante,

Lo es su evadido destino, en el que no pudo verse.

Vieron sus ojos en las diabólicas cavas

Que la muerte sólo era ausencia de vida:

Un algo que amó que era comido por larvas.

Así pudieron ser ellos, su prole o la mujer querida.

Al blanco por paz interpretaron (los ojos),

Y evitaron usarlo combatiendo en el reto.

Blanca era la nieve que en la trinchera avistaron,

Y blanco es el color del esqueleto.

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