miércoles, 1 de diciembre de 2010

Incomprensión

Se ha cumplido todo un ciclo,
las lunas surgieron y se apagaron
al abrigar las esperanzas y los lamentos.

Los pies avanzan sobre el frío amanecer
sesgando el crudo e intenso sabor de la noche,
el día cuando el vacío penetro en el corazón.

No estaban ni la memoria ni los espejos,
todo se hallaba quebrado en el piso
junto a una botella de suave licor.

Dolores espirituales y la luz apagada,
síntomas etéreos de la resignación
de todo lo que en el ser ahondaba,
tristeza que camina a la incomprensión.

Seguir, conseguirlo, dar y crear,
mostrarle a los que huyeron
que no todo se ha arruinado,
compartir con los que quedaron
una emoción dentro del olvido.

Ebrio, cansado, quizás solo distraído,
dentro de torrentes incesables de la razón,
espero siempre, aquí, en lo perdido,
anonadado por conocer cuál fue el motivo.

Tal vez solo sea entender, hacerlo mío,
que hasta en el más profundo abismo hay algo...
hay algo de soledad.

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