sábado, 30 de abril de 2011

La interrogante

Añoro el claustro del olvido, no viene nunca, sin embargo.
Ansío mi memoria perezca, deshacer de tu recuerdo el encanto,
Pues ya ni tu lastima merezco, no soy más que una sombra,
Mi dolor aún no esclarezco, mi soledad sola se desescombra.

Será bueno olvidar, me pregunto todo la vida.
Yo sólo me acuerdo, en mi olvido no anida
Ni mis desplantes de crianza, ni el vitalicio rencor,
No olvida porque sabe que aún no conozco el amor.

Dicen que en la muerte las memorias expiran,
Como agua en la arena se traga lo dicho,
Es la casa de la paz aquel eterno nicho,
Almas sin olvido tal morada aspiran.

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