Mi prohibido

Es casi un ídolo. Sus ojos no me ven y su boca no me llama, sin embargo la flama de mi devoción por él no se apaga.

Es casi un príncipe. Sangre de valor corre por sus venas y los dilemas del pueblo le quita las noches serenas.

Se acaba la luz diurna. Sucumbe a la naturaleza del ser mortal, y duerme. Sus sueños le llevan a donde su corazón está.

Y yo, yo solo espero el claroscuro de la noche, vivo mi casi vida como reproche deseando que sus sueños le traigan a mí.

Para Ney G