lunes, 17 de mayo de 2010

Tolerancia

Miraba a través de un roto cristal,
fluía por los ríos de asfalto hacia algún lugar,
podía admirar el volar de las aves,
contemplar el ajetreo de los arboles
absortos ante la furia de los vientos.

Recargue mi espíritu ante las voces,
las personas parecían ignorarme,
pero no era nada vital todo eso,
sus pasos no me llamaban y yo
no tenía que seguirles nunca.

Añadía la noche un toque solemne,
las estrellas carcomían mi pasado,
un fuerte estrépito entre ellas conciliaban
para informarme dentro de los recuerdos
que algo muy extraño había pasado.

No era ignorancia por parte del mundo
era desconocimiento del que me rodeaba,
podía admirar, contemplar y recargar mi alma,
pero no mis manos, ni mis ojos, ni mi esperanza.

Una feroz lanceta luminosa arranco de mi piel
los latidos cálidos con los que me hacías sonreír,
un ser abominable logro destruir lo invisible,
lo pude sentir regurgitando mis sentimientos.

Acabose lo que pensé no tendría final,
derrumbada la vida duramente erigida
y aún así solo pasa algo por mi ser.
¿Cómo puedo retomar tus brazos
y decirte que siempre te he perdonado?

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