domingo, 22 de agosto de 2010

El Árbol

Entre un caudal poco profundo de lodo se postraba ante los hombres un titán, un ser que ha vivido durante eternidades sobre la tierra, un ser hermoso y venerable. Durante generaciones ha dado asilo a muchas vidas, bajo sus brazos se ha mostrado amor y desenfreno, en sus pilares se ha podido hallar cobijo y consuelo, refugio incomparable y aliento de los cielos. Los seres de aquel lugar lo miraban con admiración, con un respeto inmerso en los más profundos sentimientos.

Pero uno de ellos no concebía las mismas perspectivas. Sentía en él a un enemigo, una prueba constante de su debilidad y de su incapacidad de dar la mano al mundo. Se acercó con sigilo al hogar imperial y este le abrió las puertas con cariño, se adentró en la morada y desde su corazón comenzó el asalto.

Con su boca mineralizada le cortó las venas, como sanguijuela se conectó en sus raíces y drenó rápidamente su vida y su belleza. La mirada triste del tiempo solo pudo contemplar como fallecía uno de sus hijos.

Entonces el ser magistral dejó de existir. Las aves no volvieron a encontrar su nido y cantaron fúnebremente durante la masacre, los amantes no volvieron a mostrarse en el mundo y los niños no vieron más al compañero de sus juegos.

Era el final de un gigante, derrocado por su dulzura y por la inconsciencia de la sociedad, era la muerte de un amigo, de un hermano.

Adiós, querido compañero…

4 comentarios:

  1. no manches, este la neta si me gusto mucho.

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  2. IGUAL A MI!!!!

    Casi me hace llorar!!

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  3. LA MADRE DE AQUEL TITAN COBRARA VENGANZA! Y TODOS LO MERECEMOS POR MIRAR Y CALLAR...
    MUY CHIDO!!!

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