miércoles, 4 de agosto de 2010

TONTA HISTORIA

Hubo un tiempo que conocí a un loco; era feliz e ignorante, no se aferraba a nada y nadie lo detenía; las estrellas era su techo y las piedras del camino su mejor almohada. Nunca lo vi sufrir y aún menos llorar, pasaba horas enteras contemplando la luna y por días enteros no escuchabas el sonido de su cálida voz, pero aún así entendías lo que sus cristalinos ojos gritaban. Jamás pedía nada pero siempre te entregaba todo lo que poseía… su suave hombro para apoyarte y sus oídos para escucharte… siempre estuvo solo, nadie lo comprendía y todos lo juzgaban…

Después de un tiempo aquel loco desapareció, al principio nadie lo notó hasta que poco a poco alguien lo necesito y después otra persona y luego otra, por ninguna parte aparecía aquel excéntrico de ojos cristalinos; ya jamás volvió… regreso al país de los perturbados y poetas… volvió a las tierras de los que nadie entiende…

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