domingo, 1 de agosto de 2010

La Orilla Del Mundo

Y de nuevo aquí me encontraba,
como una solitaria sombra
que efervescente se desvanecía
entre las gotas de la lluvia.

En mis pasos se encendían
las ilusiones de aventura,
de buscar mejor fortuna
en la línea del horizonte.

Decidí salir de las ciudades,
decidí dejar de lado a las selvas,
a los bosques y las arenas
penetrando en los confines de los sueños.

Avanzaba titubeante entre la niebla,
mis manos con miedo buscaban un andamio,
una guía inasible que me insinuara
continuar hasta lo inalcanzable.

Mis ojos fueron incapaces de mirar,
el viento sabía a tranquilidad,
no había cantos ni suspiros
y la piel se fundía y se congelaba.

En mi mente rondaba solo una imagen,
solo un anhelo deseado,
que hacía excitar al corazón.

Un día sin querer llegué andando
hasta la orilla del mundo.

1 comentario:

  1. Dime como has hecho...acaso no esperabas llegar?, pues yo he buscado la orilla del mundo, pero su redondez la hace infinita....para mi, el mundo no tiene fin...

    ResponderEliminar