Ocre (Mexicatl).

¿Puede haber otra cosa además del ocre que pueda asimilarnos?
No hay , y nada hay que pueda además del ocre, identificarnos.
La sangre que llama, es el ocre, el terra cota y el mármol,
Es una seña tallada, con obsidiana, en nuestro árbol.

Somos todos iguales, vemos con los mismos ojos,
Sufrimos las felicidades, y disfrutamos los mismos enojos.
Es ocre nuestro ser entero, y una ligera y blanca pincelada,
Que nuestro origen vegetal revela, en esta tierra desolada.

Porque nos parecemos tanto, lo común amo demasiado,
Sea el pensamiento, el gusto o el miedo, siempre es emparentado.
Creí, como vosotros, las historias de fantasmas coloniales,
Que al final de la vida nuestra, contaremos a nuestros chavales.

Es ocre la bruja que se escapa, pintando un barquito en el muro,
Es ocre también nuestro perezoso, y nuestro trabajar duro,
Es ocre el prisionero de su cuerpo, sin poder su natura ocultar,
Es ocre nuestra merced, y nuestra singular manera de hablar.

Lo que más me fascina de mis vagancias en esta vida, sin duda,
Fue que descubrí el ocre que en mí vive, dentro de mi alma desnuda,
Fue el mestizo misterio que en tus lumbreras se esconde,
Y tu interior, que sin hablar, a mis dudas siempre responde.

De todo el ocre que he visto en el mar, en el bosque y en el desierto,
Nunca pude ver, hasta ahora, que tanto nuestro ser era perfecto,
Sólo en el ocre encontré un refugio bueno, mi eterna fuente de calor,
Sólo en tu ocre, en tu perfecta manía, encontré el inagotable amor.

Son mis flores y mis raíces, lo que soy cuando me estoy secando,
Soy el borde del desierto, que desesperado, se está ahogando,
Es mi entorno color de la tierra, la cuna, y la tumba bendita,
Es ocre cada grano, cada roca, cada gota y cada varita…
Es ocre lo que veo, es ocre lo que siento…es todos nosotros.