martes, 16 de noviembre de 2010

Verde (Chalchihuitl).

Exquisitez fue tu nombre, de admiración condecorado,
Que por el arte anhelado, hasta has abandonado.
¿Cuándo veré tus manos sobre tu amante,
Esa lira sagrada, cuya voz me encante?

Veré más bien el terciopelo de su falda,
Su orgullo, por nadie más poseída,
Antes tus manos, siempre, vencida,
Sumisa a tu nombre, la ‘Esmeralda’…

Vete, lirista de mi tierra, encuentra lo que buscas,
Un poco de silencio de la estepa ancestral,
Más brillo que el tuyo, uno que sea celestial,
Búscate a ti mismo. Y así tal vez te luzcas…

Nada veo en ti más vivo que tu nombre,
La piedra de Texcoco que renombra tus conquistas,
Tus errores, tus pasiones, como las de cualquier hombre,
Pero siempre autor de tu destino, tú, tu propio artista.

Veo en ti mi sueño frustrado, sin importancia,
Tu mano tendida, desinteresada,
Tu estatura, perfecta, para mí, esperanzada,
Y una canción, y un favor, sin resonancia.

Sabe ya todo el mundo qué no eres
Sé muy bien lo que no sientes,
Sabes tú que no me mientes,
Y que ya encontraste lo que quieres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario