Historias de las callejas
de mosaico portugués,
paseando en carrozas viejas
del siglo dieciséis...
Todos los cuentos moros,
el dominio de Pombal,
y el abacorar de toros,
son tu arte original...
Eres, Lisboa,
un tintero singular,
donde escribo una otra hazaña,
pues me has vuelto a enamorar.
Te pareces tanto a un héroe
tan gigante y delicado,
que no sabe bien que quiere,
si a mi corazón prendado.
Y tu Cristo más antiguo
que está cruzando al Tajo
siempre observa para abajo,
a su pasado y sus amigos.
Vuelve a mi, grande delicia,
que me traes buenos recuerdos
de tus locos y tus cuerdos,
y de tus reyes la astucia.
Porque tienes algo dentro,
que me da un rememorar
de un limítrofe de agua,
de una tierra para amar...
Me encanta tu poesía descriptiva, tan viva y humana como Lisboa misma.
ResponderEliminar