Esta noche traté de dormir,
conciliaba la esperanza de soñar,
de ver mundos fantásticos,
quiméricas apariciones de la memoria.
Cerraba suavemente los ojos
y en mis ideas traté de adentrarme,
todo fue vacío y vano.
La mirada repentina se abría
y el corazón latía presuroso,
algo no me dejaba descansar,
siniestro escindía mi cuerpo
en frágiles tiras de papel,
ahogaba expectativas y recuerdos
en una fría cama de acero.
Vacía quedo aquella morgue
que en un rincón dejó
a mis disecados huesos
y todo lo que en esta vida
en un descuido abandoné.
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